Por Verónica Delgado, Eva Larraz y Concha Párraga, enfermeras del CS Campo de la Paloma
En nuestro barrio ya se empieza a notar el otoño. Las chaquetas vuelven a las calles, bajan las temperaturas y, como cada año, aparece la gripe. Para muchos, no deja de ser “ese catarro fuerte” que obliga a quedarse en casa unos días. Pero la gripe es mucho más seria de lo que parece, especialmente para quienes viven en nuestros hogares, comparten el ascensor o esperan en la misma cola del centro de salud: personas mayores, niños pequeños, embarazadas o vecinos con enfermedades crónicas.
Por eso, cada año llega la campaña de vacunación contra la gripe. Puede que te suene de carteles en farmacias, anuncios en la radio o recomendaciones del médico de cabecera o de tu enfermera. Pero, ¿sabemos realmente por qué es tan importante?
La gripe no es solo un catarro: puede ser peligrosa. Provoca cada año entre 290.000 y 650.000 muertes en todo el mundo. En España, se estima que causa entre 5.000 y 15.000 muertes al año, sobre todo en personas mayores de 65 años. También provoca decenas de miles de hospitalizaciones, muchas de ellas evitables. La vacuna antigripal no es perfecta, pero funciona: reduce en más de un 40 % las hospitalizaciones y disminuye en un tercio las muertes relacionadas con el virus. ¿No es eso motivo suficiente?
En barrios como el nuestro, donde muchos convivimos con personas mayores, pacientes de riesgo o niños pequeños, la prevención cobra aún más sentido. Vacunarse no solo nos protege a nosotros, sino que también reducimos las posibilidades de transmitir el virus a quienes más pueden sufrirlo. Es un acto de cuidado comunitario.
En la campaña 2024, se incluyó la vacuna intranasal para niños entre 6 y 59 meses. Esta medida no solo protege a los pequeños, que también pueden pasar la gripe con complicaciones, sino que ayuda a frenar la transmisión general del virus, ya que los más pequeños son grandes transmisores. Lo mismo ocurre con los trabajadores de residencias, personal sanitario o cuidadores: vacunarse es una forma de proteger a quienes cuidan.
A pesar de toda esta evidencia, muchas personas siguen sin vacunarse. Algunos dicen “yo nunca me enfermo”, “me la puse un año y me resfrié más”, otros tienen miedo de que “la vacuna me dé más síntomas que la gripe”. Pero la ciencia es clara: la vacuna no causa la gripe, y sus efectos secundarios son leves y temporales. En cambio, lo que sí hace es protegerte, y proteger a tu entorno.
La salud de todos
Después de la experiencia de la covid19, deberíamos haber aprendido una lección clave: la salud de uno es también la salud de todos. En tiempos donde la sanidad pública está sobrecargada y la desinformación abunda, conviene recordar que la ciencia es clara: la vacuna salva vidas. Y este invierno, también puede salvar la tuya.
Vacunarse es fácil. Solo hay que pedir cita en tu centro de salud, y en pocos minutos estás protegido para toda la temporada.
Así que, si estás leyendo esto, y aún no te has vacunado, piénsalo de nuevo. No es solo una inyección. Es un pequeño gesto que demuestra que te importa tu salud y la de tu comunidad. En el barrio, nos cuidamos entre todos. Y vacunarse contra la gripe es una de las formas más sencillas y efectivas de hacerlo.
Yo me vacuno, ¿y tú?








