Por Juan Rodríguez
Ya sabemos lo que tiene la Copa: emoción, intriga y dolor de barriga, que decían en un programa muy antiguo de la televisión llamado ‘Vídeos de Primera’ (algo así como YouTube antes de YouTube… preguntad a vuestros padres). Y eso es precisamente lo que hace única y especial a la Copa del Rey, la segunda competición española de fútbol en cuanto a importancia, pero quizá la primera en cuanto a concepto puro de juego: a un partido, en la casa del equipo pequeño, y que sea lo que Dios quiera. Y lo que quiere Dios, la mayor parte de las veces, es que gocemos de un espectáculo supino. Es el caso del Unionistas-Rayo, un encuentro disputado de poder a poder con goles, giros de guion, intríngulis y héroes inesperados que no figuraban en ninguna apuesta (hello, James). ¡Es el fútbol, es la Copa!
Íñigo Pérez, al igual que el 99´9 % de entrenadores de fútbol del planeta Tierra, utiliza la Copa para hacer las famosas “rotaciones”, es decir, ir dando entrada en el once titular de los partidos de esta competición a los jugadores menos habituales, para que los fijos tengan algo de descanso, para que los que no suelen jugar vean la luz al final del túnel; y, quizá lo más importante, para meterle un poco de aire fresco al equipo, un abrir las ventanas para que se refresque el ambiente. Contra Unionistas, el míster del Rayo decidió meterle un chute de cambios al cuerpo del equipo, casi rollo ‘La Sustancia’, para inyectarle nueva energía a lo bestia a un Rayo que mostraba claros signos de decaimiento en los últimos partidos de liga. A saber: Cárdenas en la portería, James Rodríguez (¡qué bueno que volviste!) a la mediapunta a… ‘mediapuntapear’, Pacha Espino, Camello y Guardiola. ¿Resultado de este ramillete de cambios? A juzgar por el resultado del encuentro, absolutamente exitoso. Es decir, el Rayo ganó 2-3 y pasa a la siguiente ronda de Copa. Ahora bien, el partido tuvo muuuuuuucha miga (sé que lo de alargar las “úes” en la palabra “mucha” no es el más sutil de los recursos, pero, ¿a qué te has hecho a la idea de lo complicadas que fueron las cosas para el Rayo?).
Y es que, transcurridos apenas 20 minutos de juego, el Rayo ya iba perdiendo por dos goles. Me lo cuentas y no me lo creo. El empuje de los modestos en casa contra los de Primera lo conocemos todos, pero… ¿2-0 en solo 20 minutos? No diremos que el Rayo salió con la torrija, pero con un turrón dulce, un mantecado o un dulce navideño encima sí que salió, porque los despistes y la falta de tensión del equipo en la fase inicial no pueden explicarse de otra forma.
Como decíamos, Cárdenas volvía a defender la meta rayista y no tuvo la mejor de sus noches: error al intentar sacar la pelota jugada y Álvaro Gómez que aprovechó para poner el 1-0 en el marcador. No habían pasado ni cinco minutos del inicio turronil rayista cuando tracatrá, segundo gol de Unionistas y explosión de euforia en Salamanca: cabezazo de Imanol Baz a la red tras la falta sacada por Jonny Arriba. Si existiera el tiempo muerto en el fútbol (todo se andará…), el Rayo habría pedido tres seguidos en ese momento. El partido y la Copa se le iba y no había forma de parar la sangría.
Trejo, que tiene 1.000 tiros pegados, salió en rescate de la franja al transformar un tiro con la zurda de los que luego salen en la recopilación de mejores goles del año. 2-1 y los de Vallecas que se agarraban al partido justo antes de despeñarse por la última curva (un 3-0 se antojaba letal). Llegó el descanso y, con él, la posibilidad para el equipo madrileño de repensar su plan de partido. No debió de salir muy bien la cosa. Será que 15 minutos de interludio dan para lo que dan, porque el partido se reanudó con más de lo mismo: Unionistas achuchando y el Rayo achicando.
Pero hete aquí, queridos lectores, que un rafagazo de luz y de color se coló en el partido para, de forma decisiva, alterar el destino del mismo. James Rodríguez, el que se suponía iba a ser el fichaje de relumbrón de esta temporada, la guinda en el pastel del Centenario, reactivó la varita mágica de su pierna izquierda y le puso un balón a Pedro Díaz que este enchufó en la portería de Unionistas como si fuera el DeLorean de ‘Regreso al Futuro’ cuando viajaba en el tiempo. Solo le faltó dejar una estela de fuego a su paso, ¡madre mía qué tirazo! Empate a dos, golpe en la línea de flotación de la ilusión unionista, y minutos de sobra para ir a por el tercero, que acabó anotando Embarba tras excelente pase de Isi (otro que tiene varita por pierna). En el 96 le anularon el empate a Unionistas por fuera de juego de Álvaro y el Rayo, con el pase de ronda en el zurrón, ya no quería otra cosa que el pitido del árbitro. ¡Que pase el siguiente! Pero que no de tanta guerra, por Dios…
El próximo partido del Rayo es el sábado 7 de diciembre contra el Valencia en Mestalla a las 18:30 horas.
El ranking:
El héroe del partido: Me vais a permitir que ponga aquí a James, que su pase en el segundo gol del Rayo es de una calidad suprema, como los buenos turrones, y ocasiones así no se dan todos los días.
El villano: La Real Federación Española de Fútbol, que establece que las seminifinales de Copa se jueguen a doble partido… ¡¿pero por qué cargarse voluntariamente al ‘tracatrá del tren’ de las eliminatorias a partido único?! Como diría Mourinho, “¿pur qué?”
El datito: RDT no disputó un solo minuto de juego, lo que llama la atención, porque jugó de titular el anterior partido de Copa. Tras los rumores de una posible “desaparición” del jugador, se indica desde el club que está perfectamente localizado, pero está de baja.
La pregunta: ¿Les valdrá su buen partido a James y Embarba para rascar más minutos en liga?
Declaraciones:
Íñigo Pérez: «El equipo demostró carácter y tuvimos acierto para poder resolver la eliminatoria. A pesar de ganar, hay que hacer autocrítica importante por la primera parte. Agradecer una vez más a nuestra afición su apoyo incondicional».