Por Juan Rodríguez
Se lían Agirrezabala y Paredes, el uno por el otro y la casa sin barrer, y en estas que llega Nteka, toquecito al balón, y p’adentro. Apenas iban 14 minutos de partido y con el estreno goleador de Randy Nteka, la referencia ofensiva de Íñigo Pérez en las últimas jornadas, cambiaba radicalmente el guion del encuentro. ¿Este Rayo de buen toque y ánimo atacante, con un colchoncito de un gol a favor, contra un equipo como el Athletic de Bilbao que deja jugar? Sonaba a música celestial.
Sin embargo, los caminos de los partidos, como los del Altísimo, son inescrutables. Y es que el Rayo dominó, pero poco. El Athletic, por su parte, amenazó, pero poco. Y lo que se prometía como una primera parte loca de goles, o al menos un poco desordenada tras un primer tanto que no entraba en los planes de nadie, fue en realidad más tranquila de lo esperada. Los ataques de uno y otro equipo se sucedían, sin ningún “¡¡uy!!” claro que llevarse a la boca ninguna de las hinchadas. A ver, el Athletic llegó, pero pocas veces se acercó de verdad al gol. En el 28, Nico Williams hizo uno de sus clásicos “te amago por fuera y me voy por dentro” y se soltó un disparo que salió no muy lejos del poste izquierdo de la portería defendida por Batalla. Antes había amenazado otro par de veces la meta rayista y podríamos decir que fue la mayor amenaza del conjunto de Valverde. Poco más.
Al Rayo no le iba mal, ¿eh? Control del juego, alguna llegada peligrosa, la portería abrochada… y los minutos que iban pasando. El inicio de la segunda parte apuntaba en la misma dirección. Una llegada de Álvaro García por la izquierda tras una espectacular combinación en contragolpe fue lo más destacado en el plano ofensivo por ambos equipos, y es que el volumen del encuentro había bajado unos decibelios. Andábamos en este dulce sueño cuando Sancet empaló con la derecha un centro desde la izquierda de, quién si no, Nico Williams para poner el 1-1 en el marcador. Otro giro de guion para el partido, este muy necesitado para las constantes vitales de los espectadores, si bien perjudicial para el Rayo.
Gumbau y Trejo salieron para meter oxígeno a un centro del campo donde parecía que todas las bombonas las llevaban los roijiblancos (en esta ocasión tintados de negro), pero la superioridad física de los de Valverde comenzaba a imponerse de forma lenta pero segura. En el minuto 77 pasó lo que se temía que pasara y nadie quería reconocer que estaba a punto de pasar: Sancet marcó el segundo gol para los de Valverde de tirazo bien colocado desde fuera del área. Algunos podrán reprocharle algo a Batalla, pero se trataba de un tiro de esos que van cogiendo efecto hacia el exterior, alejándose del portero a medida que se acercaba a la meta rayista. A esto hay que añadirle el tiempo que tuvo Sancet para precisar bien su disparo, sin ser presionado por ningún defensa de la franja. O sea, que era prácticamente imposible de parar.
Quitando un libre directo de Lejeune de los suyos, de los de echar al portero p’atrás como si hubiera chutado Mark Lenders, los intentos finales de los vallecanos acabaron o lejos de la portería o bloqueados por el regresado Unai Simón, mientras James comía pipas en el banquillo dejando ver su nuevo peinado ensortijado… ¿Los tiempos están cambiando en Vallecas? Si Winter is coming, como parece, más le vale al Rayo abrigarse bien.
El próximo partido del Rayo es el sábado 7 de diciembre contra el Valencia en Mestalla a las 18:30 horas
El ranking:
El héroe del partido: Sancet, bigoleador del Athletic, remontador del encuentro, y estupendo jugador y llegador del equipo del “Txingurri” Valverde. Cuando los Williams no están, allí está él.
El villano: Álvaro García. A ver, que fue incisivo y se dejó hasta la última gota de sudor, pero tuvo dos ocasiones hacia el final del partido que, de haber estado más acertado, podrían haber rescatado un punto. Villano solo en los minutos finales.
El datito: En el minuto 34, Pathe Ciss tuvo que cambiarse la camiseta al tener en ella restos de sangre tras un choque en el partido.
La pregunta: ¿Irá el Rayo al mercado de invierno para arreglar ese pequeño problema de que los goles, o los mete de milagro, accidente, jugada fulminante salida de la nada, o no los mete?