Por Grupo 24 Horas Alcohólicos Anónimos Madrid
Mensajero de Correos y padre de dos niñas y un varón de una relación anterior, Juan Carlos C. vivió en su propia piel los estragos del alcoholismo. Durante años, su enfermedad afectó tanto a su trabajo como a la estabilidad en casa, llevándolo a una espiral de mentiras y distanciamiento que casi acaba con su familia. Tras llegar al límite, decidió buscar ayuda en el Grupo 24 Horas Alcohólicos Anónimos Madrid. En estas líneas, comparte cómo ha transformado su vida, recuperando la confianza de sus seres queridos y encontrando una nueva forma de vivir en sobriedad.
Pregunta: ¿Cómo afectó tu forma de beber a tu trabajo y a la estabilidad económica de tu familia?
Respuesta: Comencé a beber casi todos los días por el estrés del trabajo. A veces mentía con cualquier excusa para no ir a trabajar, porque sentía la necesidad de beber. Cada vez que empezaba con una cerveza, no podía parar y eso afectaba a mi rendimiento. Me levantaba sin ganas de hacer nada, luego bebía y gastaba mucho dinero. Mi familia empezó a quitarme las tarjetas de crédito, ya que el dinero no me alcanzaba para llegar a fin de mes. Siempre tenía excusas y miedo de que me descubrieran. Sabía que el alcohol me estaba haciendo perder el control, pero no podía admitirlo ni a mí mismo ni a mi familia.
P: ¿En qué momento te diste cuenta de que necesitabas buscar ayuda?
R: Mi familia se cansó. Yo no lo veía, creía que lo tenía todo bajo control y que podía beber cuando quisiera. Al llegar a Alcohólicos Anónimos, me di cuenta de que el problema era yo, no ellos. Ese fue el primer paso para comenzar mi recuperación.
P: ¿Cómo ha cambiado la relación con tu familia?
R: Desde que empecé en el grupo, la relación con mi familia ha mejorado mucho. Ahora me tienen confianza. Ya no siento la necesidad de mentir o de evitar a mi familia. Entro en casa con alegría, y a veces se sorprenden porque les digo que los quiero, algo que antes no hacía. Incluso mi hijo a veces me invita a salir, cosa que antes era impensable. Hoy en día puedo decir que mi relación familiar es mucho mejor.
P: ¿Sientes que pesa sobre ti la culpa de los años en los que bebías y no eras ni buen padre ni marido?
R: Me duele ver cómo era antes, sin paciencia y sin entender lo que mi familia me pedía. Hoy en día, me esfuerzo en ser mejor y en aprovechar el tiempo con ellos. Aunque esa culpa pesa, trato de tomarla como una lección para seguir adelante y no volver a caer.
P: ¿De qué manera ha influido el apoyo de tu esposa y tus hijas?
R: Al principio no me creían, lo cual es comprensible, pero con el tiempo han visto los cambios en mí. Saben que el grupo y la terapia son importantes para mi recuperación y respetan ese espacio. Su apoyo me ha dado la fuerza para seguir adelante. Me hacen sentir bien conmigo mismo y con lo que estoy logrando.
P: ¿Qué mensaje te gustaría dar a otros padres que están luchando contra el alcoholismo y temen perder a sus familias?
R: Les diría que sí se puede ser feliz sin beber. Yo ahora tengo una vida junto a mi familia, y me siento bien. A veces, con el alcohol, no queremos ver la realidad, pero cuando dejas de beber, descubres que hay mucho más en la vida. Ahora puedo decir que soy feliz, y si yo soy feliz, mi familia también lo está.
Si tienes problemas con tu forma de beber, hay una solución:
Grupo 24 horas de Alcohólicos Anónimos Madrid
C/ Julia Mediavilla, 27
Tel. 625 18 24 71