Por Juan Rodríguez
Con el campo de Vallecas a reventar, con la confirmación de Isabel Díaz Ayuso de que el mismo se reformará en 2025 (¡adiós, amenaza de una posible mudanza!), con esto de LaLiga ya a toda marcha (hasta el próximo parón de selecciones…); y, con un Rayo dispuesto a hacer una temporada histórica para darle lustre a su Centenario, la cosa empezó torcida. En el minuto 27, tras unos buenos minutos iniciales de los franjirrojos, llegó Raúl García (el actual 9 de Osasuna, no aquel histórico que jugó en el Athletic de Bilbao y Atlético de Madrid, además de con los rojillos), y enganchó un balón caído del cielo (y de la indecisión de Mumin y Óscar Valentín en el no-despeje de ambos) para descargar un trueno que atravesó al Rayo. Golazo desde la frontal prácticamente imposible para Batalla, que se vio con una misión imposible en su primera situación de exigencia como titular.
Tras el gol, el Rayo volvió a ponerse su traje de mandón en los partidos, hilvanando e hilvanando a la espera de encontrar un huequecito en la defensa de Osasuna. Una arrancada de Álvaro en el 37 que partió de su campo quedó en nada, así como un centro de Chavarría a la frontal del área pamplonica, como una rosquita que puso Ratiu desde la derecha y que no encontró rematador. Lo mismo que un tiro con la zurda de Camello fácilmente atajado por Sergio Herrera. Esto se sumaba a los fallos pre-gol osasunista de Álvaro García, Camello, Ratiu… vamos, que si vuelvo a decir lo de “falta de gol” la RAE me denunciará por usar las mismas tres palabras más veces de las aconsejables, pero la falta de gol es la soga al cuello con la que juega el Rayo todos sus partidos. O jugaba, porque tras el descanso, “pasaron cositas”, que dirían los chavales.
Recién comenzada la segunda parte, Mumin decidió tomarse la justicia por su mano, y si aquí no hay delantero que remate el buen juego del equipo, ya llego yo para poner las cosas en su sitio. El defensa rayista se sacó un zurdazo desde la esquinita del área de Osasuna que se clavó en la mismísima escuadra de Sergio Herrera. Ya se le acumulan las protestas de los defensores de las arañas que moran en las esquinitas de las porterías sin molestar a nadie. Fueron aniquiladas.
En el 66, tras una tromba de ataques y tiros rayistas que no se veían desde los mejores tiempos de Andoni Iraola, llegó un centro de Chavarría desde la izquierda de esos que van como patinando por el césped, a la espera de que llegue alguien con un stick de hockey a pegarle bien fuerte a portería, y ese alguien fue Ratiu, que tuvo la ayuda del toque de un defensor de Osasuna para que Sergio Herrera no pudiera llegar a despejar el balón, solo a tocarlo. 2-1, y el Rayo que firmaba una remontada tan justa como vibrante, tan merecida como épica. Hay más de un equipo en Madrid que sabe hacer remontadas. Y este año celebra su Centenario.
Unai López, uno de los jugadores más talentosos de toda la plantilla, puso la guinda en el pastel con su golazo en los minutos añadidos, que vino a coronar una segunda parte llena de fútbol y emoción. Vallecas disfrutó, y Osasuna se fue cerrando los ojos, deslumbrado por un equipo que prendió la llama. Que no se apague. Con este resultado, y aunque es anecdótico, el Rayo termina la jornada en la sexta plaza, en puestos europeos, con 7 puntos en cinco partidos.
El próximo partido del Rayo es el domingo 22 de septiembre a las 21 horas en casa contra el Atlético de Madrid.
El ranking:
El héroe del partido: Ratiu. Se marcó un partidazo, atacando una y otra vez por la banda derecha, generando peligro muy a menudo, sudando la camiseta a cada minuto. Y, premio compartido, Bryan Zaragoza, que no dejó de regatear a todo aquel que se le cruzó por delante durante el partido, ¡menudo virguero!
El villano: Íñigo Pérez. Sí, a ver, el equipo juega bien y sus decisiones desde el banquillo son poco cuestionables… pero sacar a James Rodríguez solo 10 minutos tras ser el héroe del Colombia-Argentina, ¿¿en serio??
El datito: En el minuto 34, TJP (recordemos que este es el nombre que lleva en la camiseta Trejo) se soltó un autopase de tacón de esos que casi justifican el precio de la entrada. Fue el único autopase de tacón del partido, por supuesto. ¡Trejinho!
La pregunta: ¿Son realmente necesarios esos 2-3 partidos que tardan los entrenadores en poner de titular a un fichaje que ha llegado iniciada la temporada?
Declaraciones:
Íñigo Pérez: «En las dos partes buscamos la victoria, pero en la primera no estuvimos bien. Tras el descanso corregimos. Me quedo, sobre todo, con el acierto. James es un jugador del Rayo y estoy encantado de que esté aquí».
Batalla: «Feliz por debutar con esta camiseta, por jugar con esta afición que fue fundamental y sobre todo por regalarles una victoria. El nivel de aliento de la afición me hace recordar mucho a Argentina. Debut hermoso. A seguir por más».
Unai López: «Estamos muy contentos. Era muy importante ganar en casa. Nuestra afición se lo merece. Ha sido un partidazo con grandes goles. Estábamos convencidos de que podíamos remontar».