Por Francisco Javier García, Lara Edurne González y Concha Párraga, enfermero/as de Familia y Comunitaria CS José María Llanos y Campo de la Paloma
Como cada mes de marzo, se conmemora el 8M. Es por eso que, desde esta sección, queremos rendir un homenaje a la enfermería de salud pública, también conocidas como enfermeras visitadoras, precursoras de lo que hoy forma parte de las competencias de la enfermería familiar y comunitaria.
Durante la Segunda República Española (1931-1939), las enfermeras visitadoras desempeñaron un papel crucial al proporcionar atención sanitaria directamente en los hogares. Su labor extendió la cobertura de salud a comunidades desatendidas, enfrentando desafíos como la escasez de recursos y la resistencia a nuevas prácticas médicas.
Contribuyeron al sistema de salud de la época al actuar como enlaces vitales entre las instituciones sanitarias y la población. Sus visitas no solo abordaron enfermedades, sino que también promovieron la prevención y la educación sanitaria.
Las historias personales de estas mujeres revelan su dedicación y sacrificio trabajando en condiciones a menudo precarias. El impacto social de su trabajo fue significativo al mejorar las condiciones de salud de las personas en los barrios.
Para contextualizar su labor dentro del panorama histórico y político de la Segunda República, destaca la importancia de su contribución en un período marcado por cambios sociales y tensiones políticas, subrayando cómo las enfermeras visitadoras fueron agentes clave en la transformación del sistema de salud de la época.
Contribución significativa
Su contribución fue significativa en varios aspectos:
— Atención domiciliaria. Su principal función era llevar atención sanitaria directamente a los hogares, abordando las necesidades de salud de las familias en un nivel más personal y accesible.
— Prevención y educación sanitaria. Además de tratar enfermedades, se centraron en la prevención y educación sanitaria. Impartieron conocimientos sobre higiene, nutrición y cuidado preventivo, mejorando así la salud general de la población.
— Enlace con la comunidad. Actuaron como enlaces vitales entre las instituciones sanitarias y la comunidad. Esto facilitó una mejor comprensión de las necesidades higiénico-sanitarias y permitió una atención más adaptada a las circunstancias específicas de cada área.
— Mejora de condiciones sanitarias. Contribuyeron a la mejora de las condiciones sanitarias en comunidades desfavorecidas.
— Humanización de la atención. Al ofrecer cuidados directos en el hogar, estas enfermeras humanizaron la atención, estableciendo conexiones más cercanas con los pacientes y sus familias.
La figura de la enfermera visitadora fue especialmente crucial en un período histórico de grandes cambios. Su impacto social sirvió para el fortalecimiento de la salud comunitaria y sentar las bases de la atención primaria.