La mayoría de nosotros ya estamos de vuelta de nuestro tiempo de descanso, de vacaciones y de cambio de rutina. Ya estamos a las puertas del inicio de un nuevo “curso”. Para muchos, este mes de septiembre es como de entrada y de ir “calentando motores”. Toca que cada uno se pare, reflexione y decida cuál quiere que sea su lugar o reforzarlo en este mosaico que es nuestro Vallecas. Mirando al país, muy probablemente en dos o tres meses se habrá aclarado el panorama del gobierno. Esperemos que ellos hagan su parte lo mejor que sepan y puedan.
A nosotros, como vecinos, nos toca nuestra parte. Ojalá un gran número nos pongamos en esa tesitura. Si supiéramos a ciencia cierta que los próximos cuatro años, del 2024 al 2028, para el ser humano como especie, fueran a ser los más “posibilitarios” de todo este siglo, incluyendo los años anteriores y los por venir, si reflexionáramos o si intercambiáramos sobre ello, muy probablemente nos surgiría un sentimiento de mayor responsabilidad frente a la acción por mejorar y por transformar nuestro barrio, nuestro Vallecas. Si así se hiciera en muchos barrios de muchos países, ese mundo tan anhelado, necesitado y querido se iría abriendo paso sin posibilidad de marcha atrás.
Muy probablemente estemos viviendo un momento de transición hacia un mundo humanista y no violento en el que realmente pongamos en el centro de todo al ser humano, a todos, y a la resolución de sus necesidades. Pero este mundo se construye y ahí es donde cada uno puede preguntarse: ¿cuál va a ser mi aporte en estos cuatro años? y ¿qué es lo que siento, pienso y decido hacer junto a otros? Entonces, esta puede ser la cuestión central.
Si nos encontramos en torno a esa aspiración y a esta necesidad, y si la hacemos crecer para posibilitar que cada vez seamos más en esta sintonía-sinfonía, con toda seguridad la sensación que tendremos con nuestra propia vida y las relaciones que vayamos construyendo con nuestra gente más cercana, tendrá otro sabor. Tendrá una sutil suavidad que nos trasmitiremos con nuestras sencillas miradas surgidas desde el corazón y que iremos trasladando a las nuevas generaciones.