Por Ángeles Arcos Cantero
Queridos vecinos:
Como sabéis, se acercan elecciones municipales. Los partidos políticos se esfuerzan para llevar al terreno de sus intereses partidistas, y personales, el mayor número posible de votos. Los votos, de los votantes más conscientes y los menos conscientes caerán en el mismo saco (urnas en este caso).
Algunos votantes, quizá más de lo que sería ideal por el beneficio que esto resta al interés general, olvidarán fácilmente, o no se dieron cuenta, que muchas promesas de las últimas elecciones pasaron a las largas listas del olvido y de la indiferencia. Estas listas llenan, desbordan en muchos casos, los archivos de las Juntas Municipales, y en particular en los distritos de rentas más bajas.
Otros ciudadanos, cuyas expectativas de que el concepto de “servidores públicos” cale en el sentido de responsabilidad de los votados, tendrán muy en cuenta que, en la legislatura que pronto terminará, este servicio público se interpretó como “servicio público, pero menos”, lo cual cambia mucho las cosas, como hemos visto y seguimos viendo.
Entre unos ciudadanos y otros, quedan todavía los que prefieren oír promesas acompañadas de sonrisas, y hasta de besos y abrazos, a ver con sus propios ojos que tales promesas no solo no se cumplieron, o si alguna se va a cumplir es con “retraso indefinido”, sino que el deterioro de sus barrios se agravó y la calidad de vida empeoró. Es más, esta dramática situación se puede poner aún peor. Sin cuestionarse demasiado muchos de estos ciudadanos, cuando oyen lo anterior, se amparan en el hecho de que el incumplimiento de lo prometido no les ha cambiado mucho sus vidas, o eso siguen creyendo gracias a la tan practicada resiliencia (sí, esa que, para alegría y tranquilidad de los votados, se usa inconscientemente como venda ocular).
Para otros, la idea de que “de ilusión también se vive”, que tanto ha consolado y consuela a los más inocentes y conformistas, sigue ocupando un lugar prioritario en sus mentes. Con solo pensar en tal “ilusión”, sin más, sienten que casi “tocan el cielo”, aunque por supuesto nada más lejos de su realidad. Por el contrario, hay ciudadanos (cada vez más) que prefieren, quizá porque ya lo han entendido, que para “tocar el cielo” es necesario (y posible) traer el cielo a la tierra y, lo más importante, también han aprendido como hacerlo.
Adiós a la venda ocular
Por todo ello, pido a los vecinos de mi municipio, y a todos los ciudadanos de todos los municipios, que antes de elegir a los votados piensen, guarden la venda ocular los que aún la usan, y vean lo que tienen frente a sus ojos. Los niveles de delincuencia y vandalismo van en aumento, así como suciedad y deterioro ambiental (mientras que la voluntad de arreglarlo decrece), libertades y servicios públicos arrebatados, y claramente todo ello empeorando dramáticamente. Medita sobre lo que te han quitado, y te seguirán quitando si lo sigues permitiendo.
Quizá me dirán que todos los partidos políticos “van a lo suyo” (y a “lo de otros”, que obviamente no son los ciudadanos con los que nos identificamos). Y todo indica que es así, pero hay inevitablemente, incluso si esta existe también por algún interés que no es del todo genuino, una pequeña diferencia entre unos y otros. Y es esa pequeña diferencia la que ofrece un espacio (angosto, reducido considerablemente, pero con potencial) donde podemos trabajar, para que los “servidores públicos” hagan por los ciudadanos lo que “deben” y no lo que “quieren”.
Tu voto es el grano de arena que aportarás para crear las condiciones para ello. Por tanto, pongámonos a trabajar en ese pequeño espacio, que es el nuestro, para agrandarlo, para que no lo reduzcan hasta desaparecer, porque cuando ese espacio desaparezca, tú también desaparecerás. Hay muchos intereses (oscuros y ambiciosos) que también quieren ese espacio para ocuparlo, para arrebatárnoslo, pero vamos a defenderlo para mantenerlo y ampliarlo. Y recuerda, está en tus manos que no nos den tantos palos.