Por Juan Sin Credo
En contadas ocasiones sucede una inesperada situación de incertidumbre, cuando la zozobra se apodera del ingenio, abocada al tedio de la crítica inútil, a la retórica superflua que evalúa los comportamientos cotidianos de nuestros vecinos, bien en la fila de la oficina de Correos de la Avenida del Ensanche de Vallecas, ante una intemperie inédita de chubascos, bien en la de cualquier sucursal bancaria, como la situada en la Plaza de la Sierra Ayllón, que condena al ostracismo al cliente menos avezado en competencia tecnológica. Aparece entonces el vacío, la nada más absoluta. Todo se disfraza de banalidad. Todo es insuficiente.
Tiene que ser entonces, después de cada calle vallecana, de cada paseo por la Albufera, la Avenida San Diego o la de Santa Eugenia, el Paseo Federico García Lorca o el de Monte Igueldo, donde aparece la misma pregunta: “¿Ser o no ser? Esa es la cuestión”. Por supuesto que cada rincón de Vallecas ofrece una respuesta, pero no parece tan sencillo el cómo y el cuándo encontrarla. Sin embargo, determinadas ocurrencias ajenas a nuestro entorno nos ponen bajo la pista precisa que permite encender los focos y subir el telón para que comience la representación.
El fogonazo de la inspiración tuvo que fraguarse en un espectáculo teatral en la Sala Tirso de Molina del Teatro de la Comedia, titulado ‘Lope sobre ruedas’, un acercamiento del ‘Fénix de los Ingenios’ a los más pequeños. Esta circunstancia desencadenó toda una serie de enredos con capa y espada para que saliera a la escena de mi artículo el ‘Arte nuevo de hacer teatro para jóvenes de nuestro tiempo’, un proyecto liderado por la CNTC para acercar el teatro del Siglo de Oro a los centros educativos. Cabe destacar que esta experiencia se ha repetido en el instituto Villa de Vallecas y está prevista su puesta en escena para finales de marzo en el María Rodrigo.
Pero no se vayan todavía, que aún hay más. La ceremonia acaba de empezar y marzo es el mes del teatro infantil y juvenil de la mano de Teatralia, festival que cuenta con dos de sus sedes tradicionales en la Gran Vallecas. Una en el Puente, en el Centro Cultural Paco Rabal, donde se representarán ‘Déja vu’ y ‘Joven Hamlet’ y, la otra, en Villa, en el Centro Cultural Pilar Miró, con tres obras en cartel, ‘EcO’, ‘El hombre que plantaba árboles’ y ‘Alas’.
El Gallo Vallecano
Aunque si se tiene que hablar en Vallecas de teatro es imprescindible comentar la importancia de la sala el Gayo Vallecano, toda una revolución cultural llevada a cabo en el salón de actos del colegio Raimundo Lulio desde el 23 de noviembre de 1978 hasta el 9 de enero de 1984. Durante estos cinco años, esta aventura, capitaneada por el inolvidable Juan Margallo, constituyó un referente teatral insólito dentro del panorama escénico madrileño y nacional.
Una historia excepcional de implicación social que se recoge en el libro de Roberto Angulo, ‘El Gayo Vallecano’, publicado por la editorial Agita Vallecas, donde se muestran los testimonios de aquellos artistas que fueron capaces de poner en marcha un movimiento cultural al servicio del vecindario vallecano. Un libro, por cierto, que, desgraciadamente, no está en ninguna de las bibliotecas de Vallecas.