Por alumnos de 4º A y 4º B del IES Madrid Sur
A mediados del mes de febrero, vimos en las noticias que Somos Tribu había recibido el Premio Ciudadano Europeo 2020 por su “importancia a nivel social”. Nos sentimos muy orgullosos con este reconocimiento, como vecinos del barrio (sin las aportaciones vecinales, Somos Tribu no sería lo mismo) y como miembros del proyecto Semillas, ya que por fin hemos podido colaborar con ellos con nuestro trabajo en el instituto.
El momento de la entrega fue muy emocionante. ¡Incluso nos acompañó el tiempo, porque hacía un día estupendo! Acudimos al huerto a la hora del recreo. Se cogieron las verduras en ese mismo momento, para aprovechar hasta última hora y así entregarlas más frescas. Teresa, la vecina que comparte huerto con nosotros y nos asesora, nos enseñó cómo se recogía cada verdura, porque se hace de diferentes formas. Por ejemplo, las lechugas y los rábanos se cogían enteros, pero las acelgas se cortan y la planta continúa dando más hojas para sucesivas cosechas. También estuvimos charlando con las voluntarias de Somos Tribu, que nos contaron cómo está la situación actual, que lejos de mejorar se está agravando aún más, y empiezan a acudir perfiles de personas que hasta ahora no habían necesitado ayuda. Nos hizo mucha ilusión que también acudiese Patricia, una de las ex alumnas del instituto que vino a principio de curso a explicarnos qué es Somos Tribu. La cesta se la entregamos a voluntarias de la despensa de Somos Tribu Entrevías-El Pozo, que compartieron luego algunas de las fotos en las diferentes redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram).
En el momento de la entrega, estábamos los alumnos del grupo impar, la directora Marisa Gismero y algunos profesores. Sentimos mucha alegría por poder hacer algo tan bonito como ayudar a personas que lo necesitan y creemos que esto es muy importante para nuestro aprendizaje como seres humanos. Que el fruto de nuestro trabajo en el huerto no sea para nuestro disfrute sino para vecinos que están pasando hambre, nos hace sentir útiles y nos llena como personas. Lo único que nos dio pena es que, a causa de la semipresencialidad de este curso impuesta por la Covid-19, los compañeros del grupo par no pudieran acompañarnos en este acto tan emocionante de la entrega de productos.
El trabajo continúa
Después de ese día, hemos seguido yendo al huerto y hemos decorado unas cajas para donar alimentos más adelante en una entrega futura a Somos Tribu. Escribimos ‘Proyecto Semillas’ a mano con rotuladores. Eran cajas de cartón y cuando las decoramos estaban vacías para que la próxima vez podamos entregar productos.
En el huerto, en una madera, con un rotulador rojo, escribimos los nombres de las plantas y árboles: olivo, membrillo, almendro, parra, alcachofa, laurel, rosales, higuera… Anotamos estos nombres sentados a la mesa escuchando el relajante trino de los pájaros (nos parece un lujo estar en medio de la ciudad y poder oír estos sonidos de la naturaleza.)
Dos compañeros estuvimos picando en la tierra para que otros alumnos, más adelante, plantaran. Una semana más tarde, hemos sembrado variedad de tomates, alcachofas, pimiento y cebolla, cavado un hoyo para plantar un árbol y limpiado y recolocado el plástico del invernadero. También estuvimos limpiando el huerto: amontonamos las hojas caídas para ponerlas en una caja de compost y quitamos malas hierbas.
En la asignatura de Tecnología, creamos un folleto para ahorrar energía y para pagar menos en la factura de la luz. Queremos que quienes reciban esta información sean conscientes de que se puede ahorrar en su factura: cambiando de compañía, solicitando el bono social (para familias numerosas, personas con pocos recursos, discapacitados…), usando bombillas led, poniendo la lavadora con agua fría, levantando las persianas cuando hace sol para que se caliente la casa y bajarlas cuando no hay luz para evitar que se enfríe, desconectar los aparatos electrónicos que no estamos usando… Lo hemos trabajado en el aula de informática y se compartirá en redes sociales.
En la asignatura de Plástica, estamos haciendo un proyecto de murales para decorar el instituto por dentro. Uno de los dibujos es el ‘skyline’ de Madrid, un tucán, una rayuela…
En Matemáticas, con Noemí, en breve trabajaremos con encuestas por el barrio para trabajar los porcentajes.
Los obreros en Vallecas
En Historia, con Isabel, hemos compartido en clase nuestros trabajos de investigación sobre el barrio. Hemos estudiado las condiciones de los obreros europeos y en Vallecas. Sobre las condiciones de los obreros, en las fábricas en Europa, la duración de la jornada podía llegar a las 15 horas, aunque fue disminuyendo mientras avanzaba el siglo, hasta las 10 o 9 horas. Una de las reivindicaciones fue las 8 horas de trabajo en seis días a la semana. Los salarios eran muy bajos, y las mujeres constituían más del 40% de la mano de obra, cobrando la mitad que los hombres. No había desagües y las calles se llenaban de basura, facilitando infecciones y enfermedades. Muchas casas eran pequeñas y la gente vivía hacinada. A finales de siglo, se crearon colonias industriales, por iniciativa del empresario, cerca de las fábricas donde trabajaban los obreros: con iglesias, escuelas y, a veces, hasta cementerios.
En Vallecas, hemos visto que la mano de obra estaba muy explotada y luchó para mejorar sus condiciones igual que los trabajadores europeos. Las casas se las construían los propios trabajadores inmigrantes para sí mismos en unas condiciones pésimas, ya que lo tenían que hacer en una noche porque por la mañana la casa tenía que tener cuatro paredes y un techo, porque si no se la derribaban. Cuando la población creció y había mucha gente, pidieron viviendas dignas porque si no los vecinos tenían que irse del barrio. Lo consiguieron gracias a la lucha. Como en Vallecas había muchos obreros, a principios del siglo XX se inauguró la parada de Puente de Vallecas para que estos trabajadores pudieran ir a sus empresas. Las calles estaban muy sucias y lucharon los vecinos para tener alcantarillado, recogida de basuras, luz y agua.