Por Olivia Anders
Desde el corazón de Vallecas, Isabel Ruiz Ruiz ha labrado una trayectoria única en el mundo artístico y audiovisual. Reconocida como ilustradora de sensibilidad exquisita y directora de fotografía en el sector cinematográfico, ha demostrado que el talento y la versatilidad son los pilares de una carrera en constante ascenso. Con su obra, que transita entre el dibujo y la narrativa visual de alto impacto, esta creadora ha conquistado tanto a lectores como a espectadores, ofreciendo siempre una mirada personal y profunda sobre las historias que cuenta.
Pregunta: ¿Cómo fueron sus primeros pasos en el mundo de la ilustración y el arte?
Respuesta: Me he pasado toda mi infancia y juventud dibujando, así que cuando tuve que plantearme qué estudiar me incliné hacia Bellas Artes. Me licencié en Artes Plásticas en Granada y vine a Madrid a buscar trabajo como ilustradora y a terminar de formarme como fotógrafa. En la capital entré en contacto con el mundo del cine y me decidí a estudiar Dirección de fotografía en la ECAM. A partir de ahí, comencé a trabajar en el audiovisual de forma exclusiva y dejé aparcada la ilustración. Fue la maternidad la que me hizo retomarla, ya que resultaba más fácil de conciliar con la vida familiar. En la actualidad, compagino mi trabajo como directora de fotografía con la ilustración.
P: ¿Qué influencia ha tenido Vallecas, su barrio, en su trabajo artístico?
R: La verdad es que nunca me había planteado si Vallecas ha influido o no en mi trabajo. Este barrio es mi hogar. Aquí he escrito e ilustrado todos los libros que tengo publicados como autora, así que imagino que de alguna forma lo impregna todo. Aquí me he sentido muy cuidada y arropada, desde sus librerías: Muga, La Verde, Pencil… sus asociaciones, su gente… me he sentido muy valorada en el barrio. He tenido la suerte de poder colaborar con centros como EMMA, haber ilustrado la maravillosa campaña ‘Vallecas con nombre de mujer’ y fotografiado un documental sobre la Batalla Naval y los vídeos de promoción que año tras año anuncian las diferentes ediciones. No sé si Vallecas me influye, pero si me acoge, es el lugar desde el que creo.
P: ¿Qué papel juegan las emociones y las historias personales en sus ilustraciones?
R: Supongo que en cualquier creación pones mucho de ti y tu situación personal y emocional se deja ver en lo que haces. En todo influye el momento vital que atraviesas, desde los temas que eliges para investigar hasta la forma en la que los abordas. Es imposible separarse de una misma cuando trabajas algo artístico.
P: ¿Qué proyectos han marcado un antes y un después en su carrera?
R: Sin duda, la colección ‘Mujeres’ fue la que me dio a conocer como ilustradora. Publiqué el primer libro en 2015, cuando aún no había libros parecidos. Fue Melisa Tuya, una periodista que conocí en un evento benéfico, ‘Corazonarte’, la que me ayudó. Escribió un artículo en prensa que hizo que mi trabajo comenzara a conocerse. En cuanto se publicó, me empezaron a escribir personas que querían adquirir el libro y librerías interesadas en tenerlo en sus estanterías. ‘Mujeres’ llenaba un vacío que era muy evidente y el público lo acogió con mucho cariño.
P: ¿Qué desafíos enfrenta en el sector audiovisual, especialmente como mujer creadora?
R: Me dedico a la dirección de fotografía, un departamento que tradicionalmente ha sido muy masculino. Abrirse un hueco ha sido complicado, sobre todo para las mujeres de mi generación. Gracias a CIMA, asociación en la que milito, se consiguió que el Gobierno implementara medidas de acción positiva para facilitar la igualdad en el audiovisual. Estas medidas han hecho posible la incorporación en todos los puestos de responsabilidad de mujeres, que han tenido la oportunidad de demostrar que el talento no es algo asociado al género, sino a la persona.
P: ¿Qué artistas o referentes han influido en su estilo y enfoque artístico?
R: Es muy difícil empezar a dar nombres, porque las influencias son infinitas y no terminaría nunca. Mis influencias vienen tanto de la pintura, como de la ilustración, fotografía, el cine…pero, sobre todo, de la misma vida. Creo que observar, compartir, sentir… son los principales nutrientes de toda creación.
P: ¿Qué intenta transmitir a través de sus obras?
R: En el audiovisual, mi trabajo está al servicio de la película. No parte de un planteamiento personal, sino que trabajo en la historia del director o directora. Desde la imagen, trato de extraer el sentimiento o sensación principal que atraviesa la obra para intentar reforzar desde la fotografía el mismo, sin perder de vista el realismo, la naturalidad, para que la persona espectadora pueda entrar en el universo y sentirlo creíble. En el caso de la ilustración, sí me muevo en proyectos que parten de una inquietud personal y, al trabajar sobre ellos, trato de comunicar el impacto que tuvieron sobre mí las historias sobre las que trabajo cuando las descubrí. Mi obra casi siempre tiene un carácter documental. Trato de hacer llegar al público historias ocultas o desconocidas que considero que han de ser divulgadas. Son historias que me han conmovido y trato de transmitir los sentimientos que despertaron en mí a través de la imagen.
P: ¿Qué consejo daría a jóvenes artistas?
R: En el caso del audiovisual, creo que son muy importantes las redes que se generan, crear grupos de trabajo con personas afines para sacar adelante pequeñas obras e ir creciendo juntas. Las escuelas son un buen lugar donde crear estas sinergias. Además de formarte, generan vínculos que se mantienen a través de los años. Y rodar, rodar mucho, porque es como de verdad se aprende enfrentando los problemas en el set. En el caso de la ilustración, también es importante la formación, pero es un trabajo mucho más solitario y creo que la constancia, el trabajo y la iniciativa son fundamentales.
En ambas disciplinas aconsejaría tener redes sociales profesionales donde compartir los trabajos de los que nos sintamos satisfechos, para dar a conocer nuestra obra.
Los trabajos artísticos no son fáciles, no son estables y nos exigen mucho esfuerzo y trabajo, así que, recomiendo paciencia y constancia, creer en nuestra obra y lucha por ella, rodearnos de personas que nos hagan crecer, que nos critiquen de forma constructiva y que nos animen a seguir. No es fácil, pero es un privilegio poder dedicarse al arte.