Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana
Cuando estés leyendo estas líneas, el invierno ya estará bien presente en Madrid, con los días de luz más cortos y un intenso frío que se recrudece por las noches y en las madrugadas heladas. A muchos habitantes de Madrid eso no les afecta realmente, quizás tú eres uno de esos afortunados y has podido disfrutar de calor en las casas y luces en las calles, pero muchos no están teniendo esa suerte. Y en concreto, a los habitantes de uno de los barrios de Madrid les están obligando a vivir un auténtico infierno. Es el cuarto invierno que viven sin suministro eléctrico y eso es consecuencia de una intención criminal, que supone someterles a un entorno de tortura, donde se les viola grave y sistemáticamente sus derechos humanos y se ejerce una violencia inusitada contra sus más de 1.800 niños y niñas Y aunque, como en casi todo crimen, son muchos los responsables, esta situación muestra también la aporofobia e inhumanidad que viene demostrando la principal responsable: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Que el corte de luz es intencional, se puede leer en el informe pericial de 21 de septiembre de 2021, encargado por el juzgado de instrucción número 42 de Madrid.
Que el acto es criminal, lo deja claro la decisión del Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa de 19 de octubre de 2022.
Que se está sometiendo a los habitantes de la Cañada Real a un entorno torturante, es una de las principales conclusiones del informe que hizo el Grupo de Acción Comunitaria, con el apoyo técnico del Centro de Atención a Víctimas de Malos Tratos y Tortura, Sir[a].
Que es una violación grave y sistemática de derechos humanos, lo han señalado, ya desde el escrito que hicieron público en diciembre de 2020 nueve Relatores especiales de Naciones Unidas, las principales instancias de protección de derechos humanos, internacionales y nacionales.
Que se está ejerciendo una violencia inusitada contra los niños y niñas, lo reconoció el propio Estado, en el BOE núm. 287, de 1 de diciembre de 2021.
Aporofobia e inhumanidad
Y sobre la aporofobia e inhumanidad de la presidenta de la Comunidad de Madrid, más allá del mantenimiento de esa situación, también en contra de las recomendaciones del Defensor del Pueblo, que ha insistido “en el carácter humanitario de las actuaciones que procede llevar a cabo por la Administración”, habría que recordar las palabras con que Isabel Díaz Ayuso se refirió, en dos intervenciones en la Asamblea de Madrid, a la gente de la Cañada Real. Una el 10 de diciembre de 2020, respecto a la que el propio Defensor del Pueblo, en su informe de 18 de diciembre de 2020, indicó que los argumentos utilizados “incurren en aporofobia”; y la otra el 16 de septiembre de 2021, en la que, en respuesta a la lectura de una carta de una niña de la Cañada Real, en la que decía “lo que no consigo estabilizar son mis sentimientos, ya que me siento excluida del resto de la sociedad”, la presidenta afirmó que “Yo no gestiono sentimientos “, si bien humanidad, conforme a la quinta acepción de la RAE, es “sensibilidad, compasión de las desgracias de otras personas”.
Ahora nos toca preguntarnos a nosotros mismos, ¿nos queda algo de humanidad para exigir a nuestras administraciones y a Naturgy que paren este infierno que se vive en la Cañada Real y les restituyan inmediatamente el suministro eléctrico?