Por Juan Sin Credo
Cada vez encuentro más ejemplares del colirrojo tizón en los alrededores de la avenida del Cerro Milano, perpendicular con la Gran Vía del Sureste, próxima a la estación de metro de Valdecarros. La especie destaca por su obispillo y cola de color rojo, más acentuado en la hembra. Gracias, también, a su vuelo amariposado y a su canto inconfundible se convierte en un ave de peculiar y grácil belleza. Esta colonia de pajarillos ha alegrado mis primeros paseos tras el severo confinamiento. El redescubrimiento de la naturaleza en su apogeo me ha llevado a olvidar las no tan nuevas costumbres de algunos de nuestros vecinos.
Desgraciadamente, las mascarillas y los guantes se han convertido en parte del paisaje vallecano, sumados a los residuos de las papeleras desbordadas que forman el inmutable conglomerado del tapiz de plásticos urbano. Por otro lado, las terrazas de los bares se han multiplicado, conquistando el espacio de los peatones y sus servilletas ondean en las aceras, como testigos de una batalla ganada a la limpieza, al orden y al civismo. La proliferación de basura y la degradación del entorno se extienden peligrosamente por varios puntos del Ensanche. De este modo, se puede observar como las isletas del reciclado de cartón y vidrio se han convertido en un nicho del abandono de colchones que muestran a la vista de todo el vecindario las intimidades nocturnas de sus antiguos propietarios.
Todo vuela y el colirrojo tizón se posa en una rama al lado de la plaza de Antonio María Segovia, en pleno corazón de la UVA de Villa de Vallecas. Muy cerca, por fin, han abierto sus puertas las bibliotecas públicas; a modo de expendeduría, eso sí. Tomar prestado un libro se ha transformado en un acto de profilaxis. Este procedimiento me recuerda a esas primeras veces en las que uno se adentraba en la farmacia para comprar una caja de preservativos, donde el pudor se adueñaba de la voluntad frente a las miradas suspicaces de los demás clientes. Mascarilla, gel hidroalcohólico y una mampara de metacrilato me separan de ‘Pandemia’, último texto publicado del pensador esloveno Slavoj Žižek.
Consecuencias
Su atinado ensayo concentra, capítulo a capítulo, las consecuencias inmediatas de la COVID-19 sobre los acuciantes males de nuestra sociedad actual. El miedo a la fragilidad de la vida, la preponderancia del mercado frente al cuidado de la salud o el brote de fanatismo con carácter antiesclavista, que excluye, con parámetros actuales, a personajes del pasado, intentando reescribir la historia con un poso amargo de postverdad, figuran entre los principales escollos que solo pueden sortearse con una solidaridad incondicional y una respuesta coordinada a nivel global. Además de una buena dosis de confianza. Confianza en el canto del colirrojo para que todos los vallecanos vivamos en la armonía que se fomenta con el respeto hacia los restantes al cuidar, responsablemente, nuestro propio hábitat.