Por Mesa Salud Comunitaria San Diego
Lleva 20 años en España. 20 años en los que no ha tenido otra opción que trabajar en negro. Y es la primera vez que le llega una factura del sistema sanitario. Tuvo que ir a urgencias a su centro de salud por una subida de tensión, y allí se enteró de que le habían dado de baja porque, según el tiempo que llevaba ya en España, la Comunidad de Madrid supone que debería tener ya un NIE. Pero no, no lo ha conseguido todavía. Lleva tiempo queriendo arreglarlo, pero no siempre es fácil encontrar una vía de solución. Ahora, a ver cómo hace con la factura que le ha llegado. Porque, además, si no la paga eso puede dificultar el proceso de regularización. Y si vuelve a ponerse enfermo, ¿qué hará? ¿le volverán a decir que tiene que pagar si va al centro de salud?.
Se acerca el final del embarazo. Está muy nerviosa. No es solo la incertidumbre por el parto, o las ganas de acoger a su hijo recién nacido por fin en brazos. Está especialmente nerviosa, porque le puedan facturar si no consigue arreglar los papeles antes. Ella ha hecho todo lo posible para conseguirlo, pero la cita para hacer los trámites en la Unidad de Tramitación tiene demora de varios meses y será finalmente el próximo día 13 (y eso que se tiene que desplazar hasta Fuenlabrada, que era el primer hueco libre que había). Pero sale de cuentas el día 6. ¿Cómo hará? ¿Cuánto puede costarle la atención hospitalaria del nacimiento de su hijo? ¿Se quedará en casa o acudirá al hospital en ese momento sabiendo que la van a emitir una factura que no podrá pagar?.
No puede entenderlo. A ella, a su marido y a su hija mayor le han concedido el DASE, el documento que reconoce su derecho a la asistencia sanitaria, tras varios meses de espera. Pero al hijo pequeño no. Tiene una enfermedad neurológica grave y les dicen que él está en España haciendo turismo sanitario. Como si en su país de origen no hubiera estado ya en tratamiento. Como si por el hecho de tener una enfermedad severa no se tuviera derecho a migrar. No puede entenderlo. No. Y, ahora, ¿qué se puede hacer para que el pequeño reciba la atención que necesita?.
Tres casos entre muchos otros. Casos cercanos, vecinos y vecinas que ven como se levantan continuamente barreras que les impiden acceder a los cuidados sanitarios que requieren. Con el cambio de ley en 2020, hasta mujeres embarazadas y menores se quedan fuera. Y el Gobierno de la Comunidad de Madrid se esfuerza día a día por levantar muros aún más altos, aplicando la normativa de la manera más limitante posible para quienes han migrado mientras construye y difunde un discurso discriminador, injusto y falso, como si fueran ellas y ellos quienes están desmontando el sistema sanitario público, cuando es más bien al revés.
Normas discriminatorias
Pero estas personas no están solas. Profesionales y voluntarias de centros sanitarios, de servicios sociales, de asociaciones, ONG y espacios vecinales las asesoran y acompañan para que puedan acceder a los cuidados que necesiten del sistema sanitario, y al mismo tiempo denuncian y hacen incidencia para tratar de cambiar las leyes y normas discriminatorias.
Varias de ellas, participantes en la Mesa de Salud Comunitaria de Puente de Vallecas, han volcado sus experiencias y aprendizajes en una guía para que cada vez más gente pueda apoyar en estos procesos: la Guía de Acompañamiento para el Acceso al Sistema Sanitario: https://guiarecursospuentedevallecas.wordpress.com/salud/.
Una herramienta que quiere aportar información clara sobre el funcionamiento del sistema, las vías de acceso y las puertas cerradas, lo que se puede hacer y lo que hay que denunciar para que las cosas cambien. Un fruto de trabajo del distrito, pero que quiere poder ser útil en muchos otros lugares.