Por Isa Mendi
‘Vallecas nuestra historia’ es el último libro del activista vecinal Pepe Molina que tiene como objetivo rescatar la memoria de los vallecanos desde la prehistoria hasta nuestro siglo. En esta entrevista con Vallecas VA no duda en asegurar que Vallecas es mucho Vallecas para empeñarse en contar leyendas e historia imposibles de demostrar acerca de sus orígenes.
Pregunta: ¿Qué objetivos se marca con la publicación de su último libro?
Respuesta: He intentado siempre reflexionar sobre una historia del barrio lo más real y cierta posible. Era necesario cargarse historietas como las del moro Kas, el caballo blanco y otras mentiras sobre las que se ha construido nuestra realidad. Vallecas es mucho Vallecas para tener que empeñarse en contar leyendas e historias imposibles de demostrar. Nuestra historia tiene muchas referencias reales y concretas. En cada época han emergido anécdotas y detalles de esta historia, muchas veces relacionadas con Magerit, el actual Madrid. Otras vinculadas a los hechos históricos más importantes (conquista de Granada, Comuneros de Castilla, 1808 y Napoleón, etc.). Eso sólo por situarnos hasta el siglo XVIII. A partir del XIX, el anecdotario y el desarrollo del barrio es variado y muy contrastable por la prensa de la época y los archivos que se han conservado.
P: ¿Cómo ha sido el proceso de creación?
R: Con muchas lecturas. En primer lugar, todo lo escrito por vallecanos contemporáneos: Castor Bóveda, Francisco Fernández García, Pablo García, Juan Jiménez Mancha, Lorenzo Manjón, Vicente Martín Morales, Alfredo y Gabriel Pérez, José Luis García las Heras, Lorenzo Vilariño, César Pastor Llopis, Roberto Angulo, Sixto Rodríguez, Miguel F. Espinar, Fernando Jiménez Herrero, Antonio Luquero, Jose María Uría y otros. Luego la lectura de cientos de horas en las hemerotecas de la Biblioteca Nacional, Ayuntamiento y Archivo Regional y todos los libros que aparecen en el apartado de bibliografía recomendada…
También he repasado todas las noticias referidas a Vallecas de los periódicos ‘Pueblo’, ‘Ya’, ‘Informaciones’, ‘Arriba’ y ‘Hoja del Lunes’, desde 1939 a 1975.
Y muchas fotocopias, muchos recortes, muchas lecturas que me han conducido a otras y así, más de dos años. Afortunadamente mucho de este material se ofrece en abierto en la pantalla del ordenador. ¡Afortunadamente!
P: A lo largo de 292 páginas ¿qué episodio o episodios le ha costado contar más?
R: La convivencia de los visigodos con los árabes, la llegada de las tropas de Napoleón a Vallecas, los primeros años del siglo XX en Villa y otros. Hay poca información directa, pero, a base de escarbar, he obtenido datos valiosos de aquellos momentos, de los personajes intervinientes y de los hechos más relevantes.
P: ¿De qué o de quienes se ha acordado especialmente?
R: Me han importado mucho las y los ciudadanos de a pie. Sobre ellos no se ha escrito mucho, pero era fundamental describir sus formas de vida y trabajo, su protagonismo en cada momento de la historia. La narración no siempre es espectacular, pero sintoniza con esa población campesina que llenó de vida la Villa de Vallecas, durante siglos y posteriormente el Puente de Vallecas.
P: ¿Cómo se narra una historia cuando uno es protagonista de lo que escribe? ¿Es más fácil o más difícil?
R: Más que difícil, es imposible. Me gustaría poder disponer de una “máquina del tiempo” y trasladarme varios siglos atrás para verificar los datos y las vivencias. Esta historia está “contada” y, en la medida de lo posible, contrastada con datos. He intentado ser ameno y acercar cualquier tiempo al conocimiento actual. No he querido abrumar con datos, fechas y nombres sobresalientes. Me interesa y mucho que los jóvenes sean los primeros lectores de esta historia de Vallecas, que sean capaces de teatralizar cada momento histórico o trabajar en podcast, en pequeñas piezas de tik tok o en vídeos que exijan imaginación y participación de una clase, de un grupo de amigos o de una asociación vecinal. ¡A ver quién se atreve! Fui protagonista de ‘Vallecas en lucha’. Fueron mis primeros años en Vallecas y todo lo narrado allí es pura vivencia personal.
P: ¿Piensa que en Vallecas se está olvidando en parte su identidad, su espíritu reivindicativo, su cultura y su legado?
R: Es una afirmación de todos los periodistas, de toda la gente que escribe de Vallecas, que este es un barrio que mantiene y defiende su memoria. En algunas charlas que vengo dando en institutos y colegios vallecanos puedo afirmar que hay mucho interés de los jóvenes por conocer nuestra historia. Los diálogos son de interés, de curiosidad y de reafirmación. La gente de Vallecas defiende su identidad y su relación con el barrio. Nadie se achanta por manifestar su vallecanismo.
P: Tras ‘Vallecas en Lucha’ y ahora ‘Vallecas nuestra historia’, ¿tiene en mente nuevos proyectos?
R: El mismo día que vi el primer ejemplar de ‘Vallecas nuestra historia’ me vino a la cabeza un posible nuevo trabajo al que le venía dando vueltas. En concreto querría trabajar sobre una historia cultural de Vallecas desde 1900 a 2000 (periódicos, asociaciones culturales, ateneos, casas del pueblo, grupos de teatro, musicales, radios, televisión, peñas flamencas, fiestas del barrio, etc.). Trataría de demostrar que en Vallecas siempre ha habido ambición por la cultura, que, aunque con una tasa alta de analfabetismo, en los primeros años del siglo XX, y hasta hace muy poco, la cultura ha rondado por las cabezas de trabajadores, maestros y colectivos sindicales y políticos. Es fundamental que la cultura se imponga como ambición política en 2025.