Por Antonio Osuna
Ahí está el dicho “después de la tormenta, viene la calma”, ¿pero cuándo?. Se podría decir que nos ha pasado prácticamente de todo en estos últimos tiempos. Entre el virus y lo que no es el virus, si mañana aparece King-Kong caminando por la Albufera no sé… puede que ni me sorprenda ya.
Tal vez muchos estén pensando… ¿otra foto más de la nieve? Sí, otra más, todos estamos saturados, o lo estuvimos dadas las fechas a las que ya nos encontramos. Pero es lo que dije al principio, ¿cuándo llega la calma? Pensábamos que al cambiar de año todo sería distinto. ¡Adiós 2020, espero no vivir nunca más un año como tú! Pues parece que su sucesor tampoco se anda con rodeos. Por eso elegí esta foto, para que no perdamos la realidad, aun tratando de salir todos los días de ella.
No hablaré de la subida de luz. Otra cosa más… Pero veamos el punto positivo y empecemos con eso. ¿No creen entonces que es momento de apagar el teléfono, la tablet o el ordenador y coger un periódico, una revista o un libro? Al menos es más barato. ¿No les alegra pensar que… desde cuándo no teníamos unas navidades con nieve? Sí, se pasó unos días, pero oye… ¡casi acierta Filomena!
Dicen que las desgracias vienen de tres en tres. El virus, la nieve y la factura. Cupo completo. Y ya que se nos está poniendo difícil para el bolsillo quedarnos dormidos con la televisión, propongo un reto.
Al estar en la cama con la luz apagada pensemos en eso mismo, en que las desgracias ya se han acabado, que hemos asumido todo y que, ahora, llegará una época de bienes. Así pues, piensen en tres alegrías, en tres cosas que les hagan falta y repasen todos y cada uno de los detalles, hilando fino, calculando lo que mejoraría todo. No creo que a todos nos lleguen, pero oye, quien sabe… Si las penas son para todos, ¿por qué no las alegrías?.