Entidades de reparto de ayuda alimentaria

OPINIÓN.

Ya desde antes de la crisis me resultaba discutible el modo de funcionamiento de  ciertas entidades que forman parte de las redes de ayudas sociales. Cuando por la tele salía algún programa donde se podía ver un montón de gente en una cola, mostrando grandes almacenes con estanterías repletas de alimentos clasificados para repartir, etc., y mencionando al Banco de Alimentos, esas noticias no tenían nada que ver con lo que habitualmente se veía por mi barrio (Puente de Vallecas).

En primer lugar, cabe señalar que el Banco de Alimentos no reparte directamente a los vecinos que precisan esa ayuda, sino que los alimentos son repartidos a diferentes  entidades (asociaciones, parroquias, comedores, ONGs, etc.), y los vecinos no reciben un trato igual, dado que recibir un mejor o peor servicio, o incluso no recibirlo —como es mi caso— tiene mucho que ver con el hecho de que cada entidad realiza los repartos  a su conveniencia. Es decir: hay sitios donde optan por entregar a cada solicitante una bolsa con alimentos una vez a la semana, otros sitios dan una bolsa o varias (o llenan un carrito) cada 15 días, otros varias bolsas o un carrito cada tres meses. También se da el caso de que unas entidades proporcionan ese reparto de forma continuada a la misma  persona o familia; por ejemplo, entregan al solicitante una bolsa de alimentos a la semana durante 1, 2 o 3 meses seguidos, o más; así como el caso de que otras entidades tan solo entreguen una bolsa y ya no atiendan más entregas a la misma familia; y así un largo etc. de variantes. El hecho de que cada Entidad proporcione las ayudas sin seguir una norma general da lugar a que haya vecinos que estén bien atendidos y durante  varios meses puedan contar con unos alimentos básicos, y otros vecinos que se ven privados de obtener ese derecho.

En mi caso concreto, y como no quería dirigirme a Cáritas (porque me consta que la  parroquia de mi zona desatiende a la mayoría de solicitantes) ni a parroquias  evangelistas (porque suelen pretender que te conviertas a sus cultos), pues opté por Cruz Roja, pero llevo desde el pasado mes de octubre solicitando ayuda de alimentos a dicha entidad (sede de Vallecas, en C/ Rafael Fernández Hijicos) y, tras insistir con mis  llamadas y visitas, me dieron cita para finales de febrero de 2015 —es decir, en España (en Vallecas) Cruz Roja tiene listas de espera de más de 4 meses (y encima me  informaron de que ellos no reparten comida, sino que daban unos vales de 90 euros durante 3 meses para adquirir comida en supermercados, que ahora ya no los daban y que tendría que valorarme su asistente social para ver qué tipo de ayuda me daban)—.

Así que fui a la asistencia social para que me informaran dónde podía obtener algo de  comida. Y lo que me he encontrado es con: Asociación Asisi, donde  llamé por  teléfono y me indicaron que ahora no reparten comida porque se han quedado sin local, y que tienen una lista de espera de 150 personas; y Adra, donde desde principios del mes de enero informan por nota en la entrada que tienen cerrados los repartos de dos domingos  de enero, y hasta que no pasen 3 meses ya no vuelven a repartir. Cabe destacar que, en sus “Criterios de selección para el reparto de alimentos”, el criterio 3º dice textualmente: “el demandante de la ayuda será siempre el cabeza de familia”, dejando a las mujeres como meras subordinadas al hombre.

La realidad es que esos repartos masivos de alimentos no son lo habitual, y muchas de las asociaciones se quitan de encima a los solicitantes. Y nos preguntamos: ¿a dónde van a parar realmente muchos de los miles y miles de kilos de alimentos de los Planes Oficiales de Ayuda Alimentaria (pagados con fondos públicos de las arcas del Estado y de las ayudas de la Unión Europea), y también de los donativos particulares de los  ciudadanos que se han volcado donando alimentos?

Una vecina de Puente de Vallecas