Por J. Arguedas / I. Mendi
Maribel Alonso, poeta y rapsoda con raíces extremeñas y asturianas afincada en Vallecas, falleció el pasado verano sin llegar a cumplir los 72 años edad. Pero su recuerdo permanece indeleble en la memoria de sus más allegados y de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerla. Maestra de profesión, fue miembro de diferentes colectivos como Arte Total o Poekas, trabajó en la recuperación de la memoria histórica y en sus textos y composiciones abordó la defensa de la mujer y el maltrato. Mujer creativa, íntegra, solidaria y muy amiga de sus amigos, se negó toda la vida a usar el móvil porque utiliza coltan, un mineral en cuya extracción aseguraba que se explotaba a menores. Publicó dos libros ‘Elogio de la sangre’ y ‘La república de las naranjas’ y escribió muchos cuentos infantiles que en sus últimos meses estuvo intentando editar. Dejó, además, cinco poemarios inéditos y bastantes monólogos escritos de forma analógica, en cuadernos, carpetas, agendas, trozos de papel, servilletas… que su hija está recuperando y ordenando.
Vallecas VA ha querido hacerle tal vez el homenaje más íntimo recogiendo los testimonios de tres personas que la conocían muy bien: su hija Nela, Ludo, la pareja de Nela, y Antonio Ruiz, presidente de Arte Total. Este último, adelanta que tienen previsto editar un libro con todos los poemas de homenaje escritos por amigos y compañeros.
Nela, hija de Maribel
“A mi madre le gustaba sobre todo comunicar y relacionarse, y la vida de barrio era muy importante porque le trasladaba un poco a su infancia, a la manera en la que había vivido ella. Porque ella había nacido en un pueblecito de Extremadura, Cañaveral, en la provincia de Cáceres, y había vivido siempre en el pueblo y en el campo. Tenía muchas capacidades, una de ellas era que empatizaba muchísimo. Le gustaba escuchar y si podía ayudar, aconsejaba. Pero siempre estaba dando compañía, o sea, empatizaba tanto que estaba con la gente para solidarizarse con las personas. Siempre me he criado y vivido con ella. Para mí, era un referente en mi vida (se emociona). Gracias a ella, soy lo que soy y su ejemplo de vida me ha enseñado cuál es el camino que he de seguir en estos momentos.
También era muy creativa a nivel gráfico. Hacía muchos collages, siempre reivindicativos, siempre enfocados hacia lo social y esa parte creativa que ella tiene de escribir, hacer collage y hacer teatro. Aparte de recitar, interpretaba sus obras y esa parte puede ser que la tenga yo. Trabajo con el barro simplemente y es verdad que no es una profesión al uso.
Mi madre era pura energía que necesitaba transmitir, comunicar a la gente lo que tenía adentro. Una mujer muy luchadora, porque tuvo muchas pruebas en su vida que superar, a nivel personal, familiar, profesional y todo eso pues la hizo ser como era y creer en la vida, porque su máxima era creer en la vida y en la humanidad. Son muchas cosas de ella para concentrar en tan pocas palabras. Es difícil, no tengo palabras, ella las tendría seguramente. La palabra era su herramienta para poder expresarse y eso le acompañó toda la vida”.
Ludo, pareja de Nela
“Yo la veo de una forma un poco diferente. Creo que era muy tímida y por eso utilizaba todas estas expresiones. Pensaba que todo el mundo tenía algo que decir. Yo siempre la vi así, igual me equivoco, pero yo veía una persona muy tímida que luchaba siempre en cada momento para expresar lo que tenía adentro y motivaba a la gente, a quienes tenía alrededor, a hacerlo porque pensaba que cada persona podía aportar algo.
En los últimos años, cuando vino a vivir a la Asamblea de Madrid, formó parte de un grupo de teatro para mujeres del barrio en EMMA (Espacio Mujer Madrid). La vi actuar varias veces. A Maribel la conocía desde hacía mucho tiempo y la verdad es que nunca la había visto temblar antes de entrar, antes de prepararse antes de ir al centro, y antes de subir al escenario. Por eso para mí, la timidez era un rasgo especial que ella tenía y era sobre todo un motor. Por eso empujaba a todo el mundo a que se expresara de alguna manera, a cualquier persona que pensara que no tuviera un don. Yo diría simplemente que era un universo de energía y no una partícula”.
Antonio Ruiz, presidente de Arte Total
“Tenía una energía especial y donde fuera, ella distribuía toda esa energía. Le gustaba Vallecas por eso, porque era barrio, barrio. De Maribel he aprendido muchas cosas, entre ellas a utilizar la ética. Ella lo que decía lo llevaba a cabo. No utilizaba teléfono. Una curiosidad. Cuando le hicimos el homenaje a Marcos Ana, ella fue invitada y como interpretaba tan bien, se le acercó un director de cine y le dijo: me gustaría que me dieras tu teléfono para llamarte y verte, y ella dijo: “no tengo teléfono” y él se quedó sorprendido. Ese director de cine era Almodóvar. Cualquier persona se hubiera sentido muy agrandada. Ella se quedó tan pancha diciendo: “no, no tengo teléfono”. Para mí, ha sido el ejemplo y demostraba su solidaridad paso a paso. Si tenía que ir a una cuneta a excavar, ella iba. Si había que hablar con las mujeres, ella estaba en primera fila en las manifestaciones, y lo reivindicaba. Eso nos ha enseñado a muchos, a tener actitudes solidarias. Si se habla, hay que hacerlo.
Por otro lado, siempre la he visto muy modesta. No era amiga de que le hicieran homenajes, la ensalzaran. Ella decía: “de mí no digáis nada, yo soy una más una poeta”. No quería que resaltaran su parte de poeta, de rapsoda, que era muy buena. Yo lo de la timidez, fíjate, nunca lo hubiera pensado. La vi que era muy modesta y que hacía las cosas porque era muy creativa, porque creía en ellas. Ponía el corazón en lo que hacía, lo ponía con muchas ganas, pero era muy modesta a la hora de que le reconocieran el trabajo que había hecho, no le gustaba que la alabaran”.