Por Juan Sin Credo
La floración de los almendros solitarios ya comenzó a aventurarse en esos escarpados terraplenes de las grandes vías de circunvalación que acotan la Gran Vallecas. Comenta Nacho Bermeja en su cuenta de Instagram, @piedra_seca, que esta especie, tradicionalmente vinculada a un aprovechamiento de las lindes y tierras improductivas, está próxima al deterioro, siendo su supervivencia una incógnita asociada a la soledad de los descampados.
En estos solares que abundan por el remoto Vallecas de las cocheras de Valdecarros, los almendros aún gozan de una ficticia libertad y manifiestan la plenitud de su belleza de forma silvestre. Tanto que nos recuerda los versos de aquel poeta oriolano, que tanto gustaba pasear por los campos de Vallecas, acompañado del escultor-panadero, Alberto Sánchez: “A las aladas almas de las rosas /del almendro de nata te requiero”. Almendros que sobreviven gracias a la manifiesta incapacidad de las administraciones para dotar a un barrio de las necesarias infraestructuras, acorde a un padrón desorbitante que no ceja en su empeño de aumentar, próximo ya a los 60.000 habitantes.
De esta manera, el pasado 13 de febrero se convocó, de manera lúdica y reivindicativa, la actividad ‘DescamPau Tour’, organizada por la AV del PAU de Vallecas. Una marcha vecinal que tuvo como objetivo dar a conocer las necesidades del Ensanche, en donde se ha construido el 95 % de las parcelas destinadas a viviendas y solo el 15 % de las destinadas a equipamiento relacionado con la sanidad, la educación o la cultura. Ni otro centro de salud, ni otro instituto público, ni tampoco, la biblioteca.
Por supuesto que una de esas necesidades básicas debe ser la cultural, casi al mismo nivel que la educativa y sanitaria. No digo que sea prioritaria la construcción de una biblioteca tanto como un centro de salud, un instituto e incluso la comisaría, pero es tan importante contemplar con asombro la valentía y belleza del almendro, símbolo blanco de pureza y espiritualidad, al igual que la creación de un espacio de encuentro con sus puertas abiertas en alternativa al templo consumista del centro comercial. Tras varias promesas iniciadas a finales de 2017, a día de hoy la parcela destinada para este equipamiento, en la confluencia de la calle de Estremera con el Alto de la Sartenilla, permanece sin edificar.
‘Zona a defender’
Una biblioteca que debería tener obligatoriamente en su catálogo ‘Zona a defender’, de Manuel Rivas. Una miscelánea de orfebrería periodística donde los temas de la actualidad se suceden con una precisión lingüística y riqueza literaria al alcance de unos pocos, en un oficio mercenario empeñado en acotar una información al servicio de mezquinos intereses partidistas. Defensa de unos espacios culturales y sostenibles para que se cultiven los almendros de una fértil sabiduría en la prosperidad de una Gran Vallecas con ese imprescindible desarrollo que bien se merece.