Si hace un par de años nos hubieran hablado de “mareas”, lo único en lo que hubiéramos pensado probablemente sería en nuestras vacaciones de verano en la playa.Sin embargo, hoy la palabra “marea” a muchos nos emociona. ¿Por qué?
Esa palabra ahora tiene una connotación muy clara de reivindicación e indignación, pero también la tiene de unión, de expresión, de solidaridad… de futuro.
Seguro que algunos de nuestros lectores, e incluso sus hijos, han portado una camiseta verde en alguna ocasión, o han colgado de su ventana un trapo de este color. Quizá cuando lo han hecho no han sentido nada, pero nos atrevemos a decir desde aquí que eso es casi imposible. Y lo decimos porque todos hemos visto cientos y miles de rostros fotografiados, anónimos y no tan anónimos, en los cuales se reflejaba algo muy especial, algo cálido: la alegría y emoción de sentirse parte de un todo, de sentirse unido al que está a mi lado también con esa camiseta, algo que seguro… ¡me abre el futuro!
El otro pilar de nuestra sociedad, junto al verde-educación, es la sanidad. Y los dos están en peligro, y por lo tanto todos estamos en peligro. El efecto contagio, ayudado por las medidas brutales que se están poniendo en marcha para hundir estos dos pilares, ha hecho que por fin salga a flote otra gran marea: la blanca.
Y este color está pujando por unirse a la palabra sanidad como el verde lo ha hecho a educación. Este color es universal y accesible a todos. Es fácil de conseguir y es fácil de identificar con los profesionales de la sanidad y con la ayuda, con el darla y el recibirla. Es universal como lo ha sido hasta ahora nuestra sanidad. Empezamos ya a ver multitudinarias manifestaciones, concentraciones y marchas, teñidas de este color. Y si con la “marea verde” son muchos los afectados directamente, con la blanca todos estamos afectados. Todos hemos disfrutado hasta ahora de una sanidad en la que no se miraba lo que teníamos o de dónde veníamos; todos hemos pasado por centros de salud u hospitales, ya sea personalmente o alguien de nuestra familia. No es casualidad que el blanco, ese color tan fácil de conseguir, esté poco a poco convirtiéndose en otro símbolo: el de una sanidad universal.
¡Atrevámonos a expresarnos y hacernos visibles!
¡Que todos tengamos una… Blanca Sanidad!