Por Plataforma Cívica de Apoyo a la Lucha por la Luz de Cañada Real Galiana
Si la mayoría de los refranes aciertan en condensar verdades complejas, seguramente uno de los más certeros es el que afirma que la unión hace la fuerza. A veces se pretende ignorar, pero no nos engañemos, si muchas veces no se sigue es precisamente porque los que tienen el poder saben perfectamente que la única forma de triunfar es dividiendo a la población sobre la que quieren imponerse.
El barrio de la Cañada Real, aunque tiene hondas raíces históricas y sociales, sigue en construcción. Hay muchas realidades diversas dentro de la Cañada Real, pero todos sus habitantes están unidos por unas necesidades comunes. La principal, desde octubre de 2020, es que les devuelvan la luz a los habitantes de los sectores 6 y 5; que paren los poderes públicos de violar sus derechos humanos; que puedan llevar una vida digna; que no les echen de su barrio para que las grandes empresas inmobiliarias se queden con el terreno en el que llevan viviendo y trabajando desde hace mucho, desde hace tres generaciones en ocasiones. Unas necesidades básicas que no se satisfacen y unos derechos humanos que no se respetan, porque los poderes públicos siguen empeñados en hacer prevalecer los intereses ilegítimos de las inmobiliarias que están tras las tierras que habitan. Todo ello acompañado de un lenguaje criminalizador: infravivienda, ilegales, inseguridad, foco de delincuencia, etc.
El ataque a los habitantes del barrio está siendo salvaje y brutal, pero la historia nos enseña que la única forma de vencer a los poderosos es permaneciendo unidos. Buenos ejemplos de esa lucha vecinal los podemos encontrar en el barrio de Orcasitas, en el Pozo o en el de Torré Baró de Barcelona, que ha popularizado la premiada película ‘El 47’. Pero también en la propia lucha heroica sostenida históricamente por los habitantes de Vallecas por su barrio.
Las inmobiliarias, Naturgy y los poderes públicos lo saben. La forma de vencer a los habitantes de Cañada es convenciéndoles de que no tiene sentido la lucha colectiva. Es hacer creer a cada familia que está sola, que ha de mirar sólo por sus propios intereses, porque lo mismo harán las demás. Desmantelar el barrio pasa por desmantelar la solidaridad vecinal.
Cartas de derribo
La última ofensiva de los poderes públicos, a la vista de la condena del Consejo de Europa por la grave violación de los derechos humanos de los habitantes del barrio de Cañada, ha sido mandar cartas a algunas familias de los sectores 4 y 5 amenazando con el derribo inmediato de sus casas. Lo que ha provocado un lógico y enorme dolor y ansiedad, que ha hecho necesario que algunas personas hayan tenido que recibir atención médica.
Los ataques no son contra un sector u otro. Los ataques son contra el barrio entero de la Cañada Real y, por consiguiente, contra todos sus habitantes. Si consiguen la división, triunfarán. La única posible victoria del barrio consiste en la unidad, que todos sus habitantes entiendan que son una comunidad y que sólo luchando juntos podrán vencer.
