Por Red Viva
La inserción laboral de personas con problemas de salud mental es un desafío crucial en nuestra sociedad. El trabajo no solo es una fuente de ingresos, sino también un pilar fundamental para la identidad personal, la autoestima y el bienestar. Es beneficioso para establecer una estructura, proporcionando un sentido de propósito y una rutina, y la comunicación disminuye la soledad y mejora la autoestima, a través de un sentido de pertenencia y valor personal.
También se enfrentan a barreras como el estigma y la discriminación, ya que la percepción negativa y los prejuicios limitan las oportunidades; a la falta de adaptaciones, con respecto a la flexibilidad de horarios y a la existencia de un ambiente inclusivo; y al desconocimiento y al miedo, porque el carecer de información puede llevar a la exclusión.
Ofrecer apoyo continuado es un indicador de éxito para la inclusión laboral, utilizando como estrategias la educación y sensibilización. Esto se ve reflejado en los Centros de Rehabilitación Laboral (CRL) que intervienen desde un enfoque especializado y holístico, facilitando conocimientos, apoyos y competencias para una adecuada funcionalidad laboral y personal. Mediante Planes Individualizados de Rehabilitación Laboral (PIRL), se realizan programas específicos e intervenciones psicológicas integradoras, que apoyan a mantener la estabilidad emocional y el rendimiento laboral.
Los últimos datos publicados por la Dirección General de Atención a Personas con Discapacidad así lo demuestran. En 2023 de las 1.971 plazas disponibles, se han insertado el 57,3 % de hombre y el 42,7 % de mujeres, respectivamente, con una tasa de inserción laboral del 65,45%.
En salud mental se observa consonancia en mujeres con y sin diagnóstico, respecto a los patrones de género, tal y como refleja el artículo publicado en el Boletín 40 de la revista de AMRP ‘Roles de género y responsabilidades del cuidado familiar’ del grupo en Intervención y Rehabilitación en Salud Mental del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, en el cual concluyen que las mujeres prácticamente duplican el cuidado hacia progenitores, menores y otros familiares de manera paralela a su proceso de inserción laboral.
En cuanto a inversión económica, la revista de economía ‘Pública, Social y Cooperativa’, publicada en noviembre de 2022 (N.º 106, pp. 149/176), en el artículo ‘Retorno Económico y Social de la Inversión en un Centro de Rehabilitación Laboral’ concluyen que estas personas aportan a la sociedad un retorno económico.
Entorno inclusivo
En conclusión, la inserción laboral no solo es una cuestión de justicia social, sino también una estrategia beneficiosa para la comunidad en general. Promover la inclusión y romper las barreras existentes es una tarea que requiere el compromiso de todos los sectores de la sociedad. Solo a través de la educación, la sensibilización y el apoyo continuo, podremos construir un entorno laboral verdaderamente inclusivo, saludable y productivo.