«La Transición en Vallecas fue apasionante, como poco…»

Sixto en Radio Vallekas, donde se reaiizó esta entrevista.
Sixto en Radio Vallekas, donde se reaiizó esta entrevista.

ROBERTO BLANCO TOMÁS.

Entre las diversas acciones que está realizando Radio Vallekas a lo largo de este año para conmemorar su 30º aniversario, la emisora vallecana ha reeditado el libro De Vallecas al Valle del Kas. Otra transición, publicado en 2003 y que se agotó en año y medio. Colorido mosaico de aquella época en el barrio y documento imprescindible para comprender cómo se vivieron por estos lares unos años intensos como pocos, hemos charlado con Sixto Rodríguez Leal, compilador de este excelente trabajo, quien nos explica que la presente edición, “revisada y aumentada”, tiene casi 70 páginas más. “El cuerpo del libro no ha sufrido ninguna modificación —comenta—: se le han añadido dos o tres artículos, y también ha aumentado la Cronología general”.

 

¿Cómo surgió la idea del libro?

En una reunión de amigos, allá por el año ’86… De pronto empezamos a hablar de que los años que van desde la muerte de Franco hasta finales del ‘83 habían sido tan fuertes y tan intensos para nosotros que merecería la pena dejar constancia de ello, y quedo encargado de ser yo el que ponga en marcha todo el proceso. Entonces, lo que hago es ir recogiendo testimonios personales de gente que vivió esos años en Vallecas en diferentes campos: movimiento ciudadano, política, cultura, juventud, ecopacifismo, a lo que luego se fueron añadiendo diversos textos escritos en aquella época…

¿Cómo fue la Transición en Vallecas?

Apasionante, como poco… Hay que tener en cuenta que aquella era la época en que los niños del baby boom se hacen jóvenes… ¿Qué significa eso? Pues que en las familias vallecanas éramos cuatro o cinco hermanos en cada casa… Tú imagínate en esos años la cantidad de gente joven que había en un barrio tan populoso como Vallecas… Y entonces veníamos de un largo silencio, pero de pronto se nos abren las puertas y nos aparece el mogollón que nos apareció, siendo jóvenes y con ganas de ir a por todo… Ibas a una manifestación, pero por la noche te ibas a ver un concierto rockero, o al día siguiente a uno de cantautores… Ir al quiosco y encontrar veinte revistas distintas que comprar… Y en el cine, de repente mogollón de películas que hasta entonces no podías ver, y se crean los “cine estudios”, en los que echaban tres películas en una tarde, y las tres buenas… Fueron unos años que, para haberlos vivido de joven y aprovechándolos al máximo, te dejan exhausto… De hecho el drama de la Transición, la otra cara que no se suele mostrar, es la de miles y miles de jóvenes que murieron a causa de la heroína. Ése fue el final de todo, y el infierno que dio lugar a unos dramas humanos en el barrio, en las familias, los hijos, los padres, las movidas… que acogotaron al barrio veinte años.

¿Cómo era Vallecas a nivel político?

Agitadísimo, porque cuando muere Franco hay todavía que conquistar las libertades sindicales, ya que los sindicatos no pudieron ser legales hasta el ‘77. Incluso aquel 1º de Mayo, aunque los habían legalizado esa semana, no les dejaron celebrarlo… y aquí en Vallecas no veas si hubo palos aquel día, que habían convocado CC OO y UGT en el campo del Rayo, y lo prohibieron y no veas tú…

Había lucha sindical, y todas las huelgas que había en Madrid hacían las asambleas en iglesias de Vallecas. Luego también aquellos tiempos fueron un poco como La vida de Brian… El PSOE ya empezaba a tener su fuerza, pero quien “mandaba” en Vallecas era el PCE. Pero había cincuenta grupos más, cada uno con sus siglas: el MCE, la ORT, el PCE (m-l), el PTE, el PCI, el PCE(r), la LCR, la LOC, el PORE, el POSI… Ya en el ‘77 se celebran las primeras elecciones. Ahora no tienen ninguna importancia, pero entonces era la primera vez que se votaba, y bueno, ahí hubo sus fiascos, porque el PCE pensaba que iba a ser el grupo más votado, y resultó que no.

En el ‘79 son las primeras municipales, en las que en Madrid gana Tierno Galván, pero para poder gobernar se tiene que aliar con el Partido Comunista. Todo ello mientras el barrio se estaba construyendo, y el protagonismo del movimiento vecinal es total. Eso ha tenido sus efectos: hoy en día, por ejemplo, no hay un vallecano que no tenga un parque a 300 metros. Las AA VV son las que han hecho que tu barrio tenga eso, no nos ha “caído” todo espontáneamente.

¿Y en cuanto a lo cultural?

Hubo muchas experiencias culturales… Desde grupos de teatro que se formaban de modo diverso hasta una experiencia como el Gayo Vallecano: en un colegio de curas les ceden un espacio para hacer teatro, y entonces hay un grupo que se hace cargo del proyecto, que no solo les servía a ellos para preparar sus obras y ensayar, sino que además mantenían una programación en la que venían grupos de teatro de muchos barrios de Madrid, festivales de música en los que participaban grupos de todo tipo… Luego también tenías tus garitos, y había actuaciones de los grupos del barrio, conciertos de todos los estilos: rock, jazz… Sin olvidar la presencia del flamenco: Vallecas también es muy lolailo, con Los Chunguitos, Azúcar Moreno… También, volviendo al rock, no podemos olvidar a Topo, que llevaron el nombre de Vallecas por toda España… A finales de los setenta llegaron a tener ciento setenta y ocho actuaciones en un año por todo el país.

Y luego, las fiestas del barrio también tuvieron mucho arraigo, pero eran en otro entorno: el Bulevar y la Plaza Vieja. Y los Carnavales, que empezaban a celebrarse: los segundos fueron tres o cuatro días después del golpe de Estado de Tejero… Claro, es que quien no haya pasado miedo no puede saber lo que es… Es que en aquellos tiempos se pasaba miedo… Todo esto que te cuento ocurría al mismo tiempo que podías ir, por ejemplo, a una manifestación, y a lo mejor te ibas luego con cuatro colegas y venían dos fachas y te metían dos tiros, y dejaban ahí a dos chavales tiraos, por la cara… Eran tiempos muy jodidos…

¿Cómo recuerdas el final de todo aquello?

Bueno, el final de todo vino porque, por un lado, la droga arrasó, y hay por lo menos un par de generaciones en las que no existía una panda de amigos o familia que no tuviera a alguien que había muerto y había dejado tocados a los de alrededor. Y luego hay otro factor: toda esa gente joven llega un momento en el que se empareja y se va yendo fuera del barrio a buscarse la vida. Así se fueron yendo los hijos, y quedando los padres, que iban envejeciendo. Solo ahora, a causa de la crisis y demás, han vuelto bastantes de aquellos hijos ya mayores a casa de sus padres, y tiran como pueden todos juntos.

Aunque también hay que decir que a día de hoy, y salvo algunas zonas, Vallecas es un barrio para vivir en la ciudad que está muy bien: bien conectado, con zonas verdes y buena dotación de servicios, gracias a la lucha de los vecinos.

¿Quieres enviar algún mensaje a nuestros lectores?

Que tienen suerte de vivir en el barrio en el que viven, porque es un barrio un poquito especial, y que a nosotros nos ha hecho felices.

 


Imagen: RBT (portada)

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